Los vestidos de los sueños

El prestigio italiano. Un arte en el arte. El prestigio de los costumbres, de los artistas y de los artesanos que han hecho famoso el cínema italiano e internacional.

De las divas del cine mudo cuando el cínema italiano, ya de sus albores, sobresalía en el mundo, a “La grande Belleza” capaz de devolver a nuestro cine un nuevo Oscar.

De Lyda Borrelli – protagonista y autora de Rapsodía satánica de unas alternativas  incomparables  que han caracterizado un entero imaginario estético a Tony Servillo, emblema de un eclecticismo contemporaneo manifestado también a través de los cortes y de los colores de los vestidos devenidos un cult en qualquier lugar.

Sín embargo los Oscares son también los del fundador Piero Tosi (en su carrera, en 2013) y Danilo Donati (en 1969 para Romeo y Julieta de Zeffirelli en 1977 para el Casanova de Fellini), de Milena Canonero ( tres, el primer con Stanley Kubrik para Barry Lyndon, luego para “Momenti di Gloria” y en los años recientes para la Marie Antoniette de Sofia Coppola), de Gabriella Pescucci (en colaboración con Martin Scorsese para “La edad de la inociencia”), figuras que nos llevarán a la descubierta de una exposición que quiere superar el estereotipo de la galería de los vestidos, para hacer surgir el sentido de una escuela, de una tradición artesana italiana que hizo famoso el cínema, la de los diseñadores de costumbres y de quién luego los realizó, nombres como Tirellicostumbres, Annamode,Costumbres de Arte, Devalle, Farani, Maison Gattinoni, The One, Sartoria Cesare Attolini, y los talleres Pieroni, Rocchetti, Pompei.

“Los vestidos de los sueños, la escuela de los costumbres italianos para el cínema”, es el título de esta exposición, promovida por Roma Capitale Asessorato a la cultura, Creatividad, Promoción artística y Turismo – Sovraintendenza Capitolina a los Bienes culturales con la organización de Zètema Progetto Cultura, que la  cinemateca de Boloña y Equa de Camilla Morabito realizarán del 17 de enero al 22 de marzo en el Museo de Roma Palazzo Braschi. Sede excepcional y location, gracias a su magnífica escalinata, precisamente para “La grande belleza”, con cuya cuadrería la misma exposición entra en un diálogo transversal entre las artes.

Gracias a un proyecto de preparación de las luces entregado a Luca Bigazzi, entre los más estimados directores de la fotografía del panorama contemporaneo, y realizado por Viabizzuno, “Los vestidos de los sueños”coleccionará más de 100 vestidos originales, decenas de bocetos y una selección de objetos, entre los cuales destaca el únicum de la prensa que un maestro como Danilo Donati construyó para forjar los costumbres del Satyricon de Federico Fellini.

Un doble recorrido imaginado, por un lado a lo largo de un siglo, cuyas etapas están marcadas por los diseñadores (Caramba, Vittorio Nino Novarese, Gino Carlo Sensani, Piero Gherardi, Maria De Matteis, Piero Tosi, Danilo Donati, Gabriella Pescucci, Maurizio Millenotti, Milena Canonero, Pier Luigi Pizzi, Gitt Magrini); por otro lado, a la búsqueda del trabajo del diseñador de las obras maestras en la historia del cínema que gracias a sus vestidos quedan impresos en la memoria de generaciones y generaciones antre los cuales encontramos a Piero Tosi (para Matrimonio all’Italiana de Vittorio De Sica), Danilo Donati para el Casanova de Federico Fellinin y Uccellacci e Uccellini de Pier Paolo Pasolini); y luego Giulio Coltellacci para La decima vittima de Elio Petri; Franco Carretti para Giù la testa de Sergio Leone, Gianna Gissi para elMarchese del Grillo de Mario Monicelli; Ugo Pericoli para Pane Amore e Fantasia de Luigi Comencini; Lina Nerli Taviani para Habemus Papam de Nanni Moretti; hasta llegar a las recientes invenciones de Daniela Ciancio para La grande belleza de Paolo Sorrentino; Ursula Patzak para el Giovane Favoloso de Mario Martone y, en preestreno, Nassimo Cantini Parrini para la próxima película de Matteo Garrone, El cuento de los cuentos.

“Los vestidos de los sueños – cuenta el director de la Filmoteca de Boloña y curador de la exposición Gian Luca Farinelli – está dividida en dos partes: el recorrido principal y la coleción permanente. Esta última es la parte más libre, en la que hemos decidido de colocar los costumes en un diálogo inspirado a los lienzos expuestos en la colección de Palazzo Braschi. Entre los vestidos, los de una película que se ha acabado de filmar: los costumbres realizados por Massimo Cantini Parrini para la nueva película de Matteo Garrone, el cuento de los cuentos. Una obra que todavía tiene que ver su estreno, y cuyos vestidos nos recuerdan que la historia del costumbre cinematográfico italiano tiene raices antiguas y un futuro prometente.

El recorrido principal, en cambio, lleva adelanteel cuento de un siglo de historia italiana. Se desata en las primera diez salas y tiene su éxito en el salón dedicado a la Sartoria Tirelli – a la que hemos dado mayor libertad para celebrar el cincuantenario, en la elección de los vestidos y de las películas representadas – y ce cierra con el habitación dedicada a los estupendos vestidos de Milena Canonero para Marie Antoinette, durante la exposición permanente. Los nombres son los grandes, los imprescindibles: Caramba, Vittorio Nino Novarese, Gino Carlo Sensani, Piero Gherardi, Piero Tosi, Danilo Donati, Gabriella Pescucci, en el volcano creativo de la casa de modas Tirelli; al final, Canonero, aunque más libre y soltada del contexto italiano, debuta con un documentario sobre Piero Tosi: y la cosa nos parece llena de sentidos.

El reto era también encontrar una llave expositiva. Los costumbres, han sido creados para vivir puestos, por los intérpretes, durante el corto plazo de las filmaciones – y luego para siempre en las imágenes de las películas.  Exibirlos fuera de ese contextoriesga de marchitarlos. Por eso, hemos preguntado a uno de los directores más famosos de la fotográfia del cine contemporaneo, Luca Bigazzi de imaginar para los costumbres expuestos un recorrido de luces, realizado por un excelente artesano y un gran experimentador de la luz, Mario Nanni, y por su Viabizzuno. Son luces mágicas, naturalmente cubiertas, que restituyen a las estofas, a los colores, que hemos mirado en la pantalla, una vida presente en la que tenemos la ventaja de encontrarn nostro mismos también, espectadores que habían conocido ya los mismos costumbres en el sueño o en la proyección cinematográfica”.

El cuento de la exposición “Los vestidos de los sueños” podrá ser seguido a través de un programa de actividades didácticas para los niños de la escuelas y para los adultos. En un recorrido trazado serán revelados, a través la historia del cine italiano y de sus costumbres, muchos de los aspectos y de los mecanismos que se encuentran entre los bastidores y que caracterizan el trabajo de los artistas que han enlatado y que contínuan a dar forma a nuestros sueños.